Creo que desde pequeña he querido ser un pájaro para poder volar, e incluso de grande. Cuando era pequeña, soñaba constantemente que sabía volar.
*Cogía mis pies y era ponerlos sobre el suelo y dar un pequeño saltito, así yo me deslizaba sobre el aire y podía acariciar la suave brisa... Era uno de ellos, era un pájaro.*
Sueños dicen.
Pero yo estoy segura, volaba.
A día de hoy, creo que no hace falta ser pájaro o soñar. Yo creo que tienes que estar al lado de una persona que te haga sentir bien, aquella persona de la que te enamores todos los días y te haga sonreír. Yo tengo la suerte de tenerla a mí lado.
¿Y sabéis lo más grande de todo?
Que ya puedo volar y no tengo alas. Lo tengo a él. Carlos.
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