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jueves, 23 de junio de 2011

No digo diferente, digo raro.

Dicen que lo que uno desea demasiado nunca llega, y que cuanto más te preparas para algo, más se aleja de ti.
A veces la vida no es justa. A veces parece que todo lo malo sucede a la vez y al contrario.
Al paso del tiempo me voy dando cuenta que, para conseguir lo que realmente deseo, no tengo más que dejarme llevar... Porque el amor es así: solo llega cuando te olvidas de él.



Qué coño, ya no sé ni quién me habla. Ya siempre son las mismas escusas. 
Es el mismo patarín patatán de siempre. ¿Cansada?
No si quieres, me chupo el dedo.
Paso. Lo que es pasar olimpicamente.
Pues eso. 
Que la vida es un ciclo. Y ahora me toca a mi.
Carpe diem*
Voy a tener el verano más importante y especial de mi vida, lo prometo vamos :-D


Además tengo que deciros que me han quitado el aparato y las he aprobado todas¡¡ Así que mejor no me lo voy a paaaaaaaaaaaasar!



jueves, 16 de junio de 2011

Uno, solo puede permitirse el lujo 


de ser completamente íntegro, en la 


adolescencia, luego todo lo que 


vienen son renuncias.



domingo, 12 de junio de 2011

Tablón de Isabella

Todo el mundo está empeñado en contar el mundo en días. En los días que nos quedan, en los días que se han ido.
Yo aprendí hace mucho que debo contar mi vida en cuantas veces te hice suspirar, en cuantas veces mi sonrisa te hizo parar de llorar. He de contar mi vida en esos buenos momentos que sólo nosotros teníamos entre manos en las tarde hablando sin parar, en las noches que no dormíamos pensando en el otro a distancia. He de contar mi vida en cuan feliz te hice, en cuanto me quedó por darte, en cuanto se quedó guardado en un rincón de mi alma, en todo aquello que no pudimos cumplir.
No contaré, sin embargo, todo aquellos planes que hicimos, porque esos se guardarán en mi memoria, grabados con fuego en mi corazón, aquel que, a pesar de todo, siguió latiendo porque algo le obligaba a ello. No contaré esos momentos, como he dicho, porque sé que todo eso es efímero, y sé tan bien como tú que no los olvidaremos jamás por mucho que pase el tiempo.
También he aprendido una cosa de ti, aunque la desarrollé a posteriori por miedo a que algo de mi mente escapara, por miedo a quedarse presa por el resto de la eternidad. Aprendí que te gustaba mi risa y la manera que tenía de llorar, aprendí que lo que realmente me completaba era tu mano en la mía. Aprendí que no creía ni en el día ni en la noche, que sólo tenía por religión tus ojos y tus caricias.
Y puesto que hubiera escogido, si el sino hubiera sido favorable, la manera de quedarme viviendo bajo la calidez de tus labios y la tormenta que eran tus ojos, veloces como el rayo y salados como el mar; pienso que es momento de hacer balance, de contar los heridos y atenderlos, de dejar la ciudad ya que no queda nada excepto las cenizas.
Yo, sin embargo, me levanté sola y empecé a caminar de nuevo hacia Dios sabía donde para intentar recomponerme, pero eso no quiere decir ni que haya llegado a ese lugar ni que haya sanado por mi misma.


domingo, 5 de junio de 2011

Agridulce


Agridulce es que no te tenga conmigo.
Agridulce es no poder besarte.
Agridulce es no tener claro que hacer.
Agridulce es querer hacer las cosas bien y hacerlas mal.
Agridulce es no hacer lo correcto.
Agridulce es no decirte la verdad.
Agridulce es llorar.