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martes, 15 de julio de 2014

Crecer

Aquella maravillosa palabra, la cual James Matthew Barrie identificó en uno de sus personajes llamado Peter Pan. Muchos de vosotros/as con el síndrome de Peter Pan os identificáis y otros en cambio, no lo hacéis. Aprender, confundirse, cometer errores, enriquecerse, rectificar, desarrollarse, progresar, (...) son palabras que deberían estar ligadas al verbo crecer. 

Queridos papá y mamá, he crecido, estoy creciendo y voy a seguir. Es ley de vida hacerme mayor, ya que, nunca hemos ido al país de Nunca Jamás. Por consiguiente, ya quiero cosas de mayores, eso no significa que la niña que llevo dentro se haya ido porque sigo llevando a Peter y al País de los niños perdidos en mi corazón. Voy madurando cada día que pasa. No me considero adulta del todo, pero sí que tengo los hombros sobre la cabeza. Aún, no se me ha ido la cabeza como a muchas personas y famosos/as; estoy un poco loca pero solo basta con eso.

Según mi criterio, su autor enseñó a millones de personas con esta frase (que le va como anillo al dedo) "nunca digas nunca". 

 Que tus padres vayan apuntando en un sitio de la casa, las medidas a la hora de crecer. Que te tengan que decir las cosas mil veces. Que te dé igual todo. Que imites a tu hermano/a mayor. Que corras como si no fuese mañana. Que te metas el dedo en la nariz. Que te rías de todo. Son cosas que a medida que vamos creciendo ya no necesitamos o no hacemos y otras en cambio, no deberíamos de tener la costumbre de perderlas.

Por esto, quería esta pequeña reflexión para que no olvidéis el niño/a que lleváis dentro. 

Un consejo: No tengáis prisa por crecer tan rápido y aprovechar cada momento.