Seguidores

martes, 16 de octubre de 2012

Mis noches no son frías si tú eres mi abrigo.

Si, tú y yo. 

Yo y tú, que más da, lo mismo da, que da lo mismo. 

Somos nosotros, apretándonos fuerte, sintiendo la respiración del otro, besándonos.

Nosotros somos capaces de darlo todo por el otro, de confiar en el otro plenamente y de hacer especial el momento cada vez que nos vemos. 

Vamos creciendo como personas y como seres humanos, vamos completando lo que al otro le falta y damos mucho cariño y amor, sin recibir nada a cambio, lo damos sin más.

Uno se siente muy agusto y empieza a echar de menos cuando con la otra persona está genial, ha compartido vivencias y experiencias que son inolvidables. 

Las noches las paso con frío, mucho frío... Y ya no sólo las noches, cuando te vas de mi lado, un frío se apodera de mí, que me deja muda. Mis labios gritan en el silencio porque quieren besarte, mis orejas intentan escuchar los pensamientos de mi cabeza para poder recordar tu voz, mi nariz busca en mis sábanas y en mi ropa tu olor, mis manos piden socorro porque necesitan tocarte y mis ojos buscan los tuyos para poder reflejarme y ver que estoy contigo.


Mientras que no esté contigo, tendré frío.
Tú eres mi abrigo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario