Somos personas idealistas y realistas. Creemos en nuestros propios sueños e idealizamos cosas que nos pasan, pero siempre o normalmente nos solemos apoyar en la realidad. Nos comemos la cabeza de fantasías y a veces, por miedo, porque tenemos miedo. Ni si quiera nos damos cuenta a veces de lo que estamos haciendo, de lo que no está haciendo nuestra cabeza. Sin embargo, nos deberíamos de guiar por lo que nos dicta nuestro corazón. Por lo que nos dice nuestra cabeza, que nos hace elegir entre la realidad y el deseo.
Hay cosas peores ¿no? Voy a dejar de comerme la cabeza en un gran gran tiempo. A disfrutar de la vida, y a dejarme de preocupaciones. A ser como soy siempre, pero ahora con más fuerzas y ganas :)
Siempre digo que no merece la pena estar mal, y cada día me doy más cuenta.
Me encanta ser feliz y nada ni nadie me lo va a prohibir :D
Hola!
ResponderEliminar¿Sabes? Ese pensamiento es el que he decidido tener desde que empezo el año, porque ¿de que sirve rallarse la cabeza sin pasar las cosas? Al fin y al cabo ls cosas sucederan, te ralles o no. Y la verdad, prefiero rallarme cuando las cosas pasen que antes de tiempo..
Y si, nadie te prohibe sonreir! Asi que hazlo, disfruta de lo que tienes, porque no volverá a repetirse!!
Un besazo!